Higiene oral: las claves para lavarse los dientes correctamente

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El cepillado de dientes es un ‘must’ de las rutinas diarias de higiene oral. Parece una tarea simple y sencilla, pero, ¿estás seguro que la realizas adecuadamente? Hemos comprobado que, pese a ser fácil, muchos de vosotros cometéis fallos. Generalmente por desconocimiento.

A continuación os damos todas las claves para un buen cepillado dental y también os explicamos los fallos más habituales para que los corrijáis:

Técnicas de higiene oral

Las rutinas de higiene oral deben realizarse a diario y varias veces. Mínimo dos veces al día, siendo fundamental el cepillado de antes de dormir.

Regla del 2×2: hay que lavarse los dientes 2 veces al día durante al menos 2 minutos. De lo contrario, el cepillado será menos eficaz y seguramente dejemos restos de alimentos y bacterias entre los dientes.

Cepillo con cabezal pequeño: así llega sin problema y sin causar heridas a todas las zonas de la boca. También es importante que tenga cerdas blandas para no dañar el esmalte dental y las encías.

Hilo dental a diario: tras el cepillado y el enjuague, es importantísimo que utilicemos el hilo dental. Con ello logramos eliminar del todo los restos de alimentos y placa, especialmente los que se acumulan en los espacios interdentales donde los cepillos no suelen llegar.

Fallos más habituales que cometemos durante el cepillado

Duración muy corta: ya lo hemos comentado antes, pero es un fallo muy común. Las prisas, el ritmo de vida…provocan que apenas tengamos tiempo para nada, y una de las cosas que más se sacrifican es el tiempo de cepillado. ¡Error!

Son solo dos minutos mínimo, ¡cuesta poco! Acuérdate de hacerlo, es prácticamente lo que dura una canción. Si te cepillas poco tiempo muchas bacterias seguirán ahí y se generarán caries, las encías se inflamarán, tus dientes se amarillean…cepíllate durante dos minutos, tu salud oral lo agradecerá.

Pasta de dientes y cepillados en exceso: muchos de los pacientes de Clínica DentAll nos cuentan que ponen muchísima pasta en el cepillo de dientes. Lo ideal es no poner tanta, “la medida de un guisante o un garbanzo” es suficiente.

Los dentífricos contienen abrasivos, unas sustancias que “arrastran” mejor los alimentos y bacterias, pero en exceso debilitan mucho el esmalte. En cuanto al número de cepillados, ¡no hay que obsesionarse! Un rato después de cada comida (en torno a 3 veces al día) es suficiente. Si nos cepillamos muchísimas veces el esmalte se debilita.

Olvidarse de la lengua, las encías y el interior de los dientes: solemos limpiar solo la parte frontal de los dientes, la que se ve. ¡Pero hay mucho más que limpiar! Las caras interiores, los espacios entre dientes y, por supuesto, las encías y la lengua.

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